viernes, 23 de diciembre de 2016


MI ETERNO AMOR

Nos encontramos en la vida con apenas 17 años, bella niña, hermosa joven, preciosa mujer,
Jugamos a los novios, practicamos celos de pareja, sellando sentimientos con marcada seguridad.
Pasó el tiempo, los lazos se fueron lacrando en cada momento de nuestra existencia.
Llegaron los hijos, descontrolaron todo lo que habíamos planeado, pero más aún nos pegábamos unos del otro.
Eras feliz y yo, más todavía, nuestra familia crecía, nos veníamos más grandes y se agrandaba nuestro querer.
Cada día, era un placer sentirte a mi lado, cada día, eras más bella señora para pretender.
Pasó el tiempo llegaron los nietos!… ¿te acuerdas? No alcanzaba las horas del día para sentirlos a gritar, reír y llorar,
pero todo se hacía sublime, miraba tu cuerpo mientras acompañaba a unos de ellos, cambiabas de forma…
me gustabas cada día un poco más, esperaba la intimidad para acariciarte sin límite y tú… tú me dabas todo.
Las lunas pasaron, los hijos y nietos crecieron, hicieron sus nidos y nosotros ahora, estamos
como cuando nos conocimos, con el mismo número de edad, pero al revés… hermosos 71.
Te miro a los ojos, me observas con ternura y yo con placer, percibo tu piel igual que la mía,
arrugas de encanto, huesos marcados de años unidos, tus labios son nostalgias de apasionados besos,
pero que aún te sigo pidiendo y como siempre nunca me has dejado sin complacer.
Sentados en nuestro lugar de siempre, la habitación nuestro paisaje y la ventana nuestro horizonte.
Viajamos por nuestras edades, cada día que estamos a la par, acaricio tus piernas, tu mi espalda,
Beso tus pechos como aquellos de juventud prohibida, y siendo todavía tus suspiros como esos días.
Jugamos a los amantes descontrolados, de pasiones perdidas por el deseo, aunque los movimientos,
Ya se hagan lentos, pero cada parte de los cuerpos se desean como niños sin control y sin equilibrio.
Quiero decirte querida mía, que la vida te está pidiendo ya su tiempo, cada segundo de lo que tenemos,
lo compartiremos como dos amantes en un lecho de juventud, y cuando tú partas, juro que partiré contigo,
porque mi alma y mis sentimientos nada tendrá que hacer aquí, porque tú… tú eres mi amor eterno.



Orlando Mario Soverchia- YoAmor