jueves, 9 de junio de 2016

LUJURIA

Nos encontramos como planeamos, frente a frente,
Las miradas ya contaban lo deseado y lo buscado,
Sobre ese cuarto de color combinado y sábanas rojas
Se presentaba el decorado perfecto de lo que ahí pasaría,
Ninguno de los dos nos sacamos la ropa,
Pero sí muy lentamente acercamos los cuerpos,
Los brazos a un costado dijeron de estar más juntos todavía,
Llegamos tentarnos muy suavemente, solo un juego de seducción,
Rosabas tu cadera como hembra en celos, sin tocarnos ni hablarnos,
El momento se hizo deseado y sin decirnos nada, estabas en mí,
Te di vueltas en tu  propia figura, apoyé tus manos en la pared,
Estabas de espalda a mi fricción, ya eras mía, todo lo quise,
Besé tu cuello, mis manos solo se dedicaron desnudar tu cuerpo,
Retrocedí esa distancia que necesité en sacarme mi ropa,
Desnudos los dos, miré tus glúteos y tus piernas ya estaban abiertas,
Acerque mi boca a tu espalda, mis manos en los muslos,
Los acaricié débilmente, sentí tu piel caliente y escuché tus suspiros,
Te moviste muy mansamente y tu figura se hizo más apetecida,
Mi boca recorrió tu plenitud descarnada por el deseo,
Te diste vuelta sin decir nada, tus labios entre abiertos,
Mojados por recorrer tu lengua de una lado a otro,
Me regalaste tus pechos, comí de ellos y todo lo hice de un solo beso,
Tus manos en mis cabellos, llevaron mi cara entre tus piernas,
Las separaste sin reparo, todo era un torbellino de codicia,
Me pediste mi lengua, me dijiste…bésame aquí, que es donde quiero,
Todo se fundió en lamer y el respirar de tu mojado,
Me levantaste rápidamente, me pasaste tus dedos en mis partes,
Dibujaste lo que querías, y recibiste lo que esperabas,
Los dos empezamos ser uno mismo y cada cual busco llenar su boca,
Perdidos en la pasión desenfrenada, apetecidos por el goce,
Nada detuvo esa maraña de caricias y besos,
Donde dejamos el semen, de una alocada lujuria.



Orlando Mario Soverchia- YoAmor
MENTIRA DE UN AMANTE

Cuando un día te enfrenté, en esta vida sin sentido,
Empezó en mi interior, sentir ese estado de que existo,
Corretearon emociones en mi cuerpo, ya me habías gustado,
Me miraste tiernamente, dulcemente, sinceramente,
Mis ojos se llenaron de esa imagen tan bella,
Fue mi instinto de hablarte y decirte un hola…
Sin esperar ni un suspiro me lo devolviste atrevidamente,
Sentí emoción, indague tu existencia y eras casada,
No me importó tu estado civil, solo lo que sentía,
Y sin saber cuál fue tu razón, los dos sonreímos sin parar,
Cómplices e inquietos por lo que sentíamos, estábamos en un beso,
Te dije… me gustas y escuché… tú también,
Quiero que no te vayas de mi lado, necesito tu piel,
Que no me mientas por lo que sientes, te pido claridad y sencillez,
Todo se fundió en  besos y abrazos, sellando un pacto de amantes,
Tu marido no existía, pero me hacía daño, me preocupaba,
Decías que no importaba, que estaba todo bien, pero a mí me lastimaba,
Los días pasaban, mi amor crecía y el tiempo a tu lado me faltaba,
Te pedí que lo dejaras, que vivas conmigo,
No quería que te tocara o que el té pida que lo hagas,
Mis celos avanzaban, la soledad en tu espera, era mi jueza fatal,
Imploraba tu presencia, necesitaba tu cariño, rogaba tu amor,
Sentía tu falta de interés, empezaste con excusas sin sentido,
Poco nos veíamos y cuando lograba que este en mi vida,
Siempre había un dolor y una pena, que no te tuviera,
Te alejaste de a poco, te buscaba sin importar mi riesgo,
Cuando una tarde maldita, vi como besabas a tu nuevo amante.

Orlando Mario Soverchia- YoAmor