NOCHE LLUVIOSA
Llueve, la calle mojada brilla
como un espejo, la quietud acompaña el lento caer de las gotas, lejos de mí,
alguien camina resguardándose con su mano, sigo mi paso un tanto lento
recostándome en las paredes de las casas a oscuras, el tiempo va ganando la madrugada,
solo estoy por esta camino, dejo mi mente
jugar en el recuerdo de hoy, no muy lindos por cierto, quiero entender
porque estoy en estos lugares, si ya la noche me acuesta y cobija en su
oscuridad, pero debo llegar al lugar que no he podido encontrar, trato buscar la
ruta en el mapa de mi lucidez, detengo mis pasos, un auto cruza muy cerca de
mí, fastidia el trajinar de su ruido, pero solo miro como se aleja cruzando
luminarias, donde se pierde en la lejanía de aquella calle a recorrer, regrese
al sendero de aquel pensamiento, voy y vengo en este día, con rutinas de mi
vida, pero sé que aún no he llegado, levanto la mirada, siento golpear mis
parpados con tenues caricias de lluvia, un reflejo de luz que da en mi rostro, me dice que sigue
danzando partículas del llanto, que la noche me está regalando. Cada pisar de
mi caminata, es la compañía, para alejar espíritus de mi soledad, increíble lo
que cuenta el silencio, de una noche
serena y lluviosa, todo es melodía de canciones, sobre el paisaje de esta ruta
tan corta y tan larga, me toma la mano, lleva mi cuerpo a su lugar que yo no
quiero recordar, pero sin saber que estoy peregrinando, por las tantas
vivencias de todo el pasado, se acerca a mis pasos la compañero en mi existir,
mi sombra… la miro de reojo, quería hablarle, pero no se quedaba en el mismo lugar, aparecía y desaparecía
cuando la claridad me alcanzaba, continúo mirando de un lado otro nadie me dice ¿ a
dónde vas?... Mi razón confunde recuerdos vividos, el presente y el futuro,
quiero seguir caminando por veredas donde hacen coro de quejas, obviar los
fallos del suelo, como sacudir mis ideas, de quien no tengo. Sin darme cuenta
llegué al lugar comprendiendo, era mi destino, por inercia saque mi llave, al
entrar, la niñez y adolescencia, esperando contarme, que podía saber en esta noche de lluvia. Entonces
todo se hizo realidad, todo muy lejos y muy cerca, cada resguardo de aquel
lugar, tenía nostalgias, el canto de lluvia más fuerte, desgastaba el ánimo,
mirando, recorría cada rincón de los sueños, atraía mis juegos en esta
habitación, lecturas de escuela, mi lecho de fantasías, secretos de ideologías
y mucho más meditando amores que no se veían: Sigue lloviendo… la noche se está
despidiendo, es cuando doy vueltas y más vueltas, de recuerdos que hicieron mi
vida, de alegrías que dejó mi inocencia, de ansiedad que acarreaba dolencias,
de amores que golpearon mi puerta, de errores marcando a fuego, de promesas no
cumplidas, haciendo un camino de no transitar. Acuesto memorias un tanto
inquietas, retorno con madrugada con
tiempos sombríos, pero toda mi vida, la trajine, en una noche lluviosa.
YoAmor