jueves, 25 de septiembre de 2014



                                         MADRE…
Mamá…  joven mujer, cuando un día decidiste entregar tu cuerpo y generar la divina creación de un hijo, todo fue amor desde el primer instante de pensarlo, pusiste todo tu cuerpo a su disposición, hasta tu propia vida, te protegías hasta privarte de lo que más te gustara, pero todo era para la vida latiendo en tu panza,  yo, sin razonamiento, latía ahí, ahora tu amor me lo hace recordar;  Cada día tu cuerpo cambiaba, tus sentimientos, más fuertes, ansiosos, preocupados por mi crecimiento , te hacía linda, mimosa, sensible,  llena de pureza. Tus manos me acariciaban suavemente en todo momento, trasmitiendo amor y más amor, celosa, orgullosa caminabas de un lado a otro, mostrando el poder de lo que logra una mujer, tus ojos brillando contando alegría. El tiempo se acerca, cada día es un hoy, te acuerdas de tu madre que ya no tienes… te sientes única en ese instante, la vida te llama, revelas dolosa alegría y un llanto, te dijo … Aquí estoy!!!, llorabas, me mirabas, mientras tu cuerpo cansado, los brazos temblando los extendías, para sentir y oler parte de tu cuerpo,  un llanto te avisó que llegué,  necesitaba el calor que tú me diste en nueve lunas, acobijaste aquel pedazo de existencia entre mantas, besos sobre mí, buscabas mi boca para continuar el nacimiento, donde tus pechos calmaban, mi confundida nueva vida. Todo corría… etapas con preocupados controles, alegrías, festejos, mis primeros pasos, los viste como él día increíble de lo que habías soñado, tambaleante extendía mis brazos en alto, para mantener equilibrio, tu sonrisa, tus palabras, eran el imán de tu corazón orgulloso, me apretaste fuertemente, lágrimas llenaron tus mejillas al ver que ya tenías tu amor caminando. Pasaron los años, distintas experiencias y jamás me faltaste, el tiempo hizo su trabajo, cuando la adolescencia golpeó nuestra casa, mi ser independiente parecía que solo lo obtenía , muchas veces  recriminé que tu no sabías, pero siempre tu amor, yo lo tenía, sin darme cuenta en esos días que sin ti, nada podía, atenta a mis vaivenes  de persona adulta, con solo mirarte ya lo sabías, te sentabas junto a mí , escuchabas, a veces charlas alegres,  otras tristes, pero tu fuerza siempre fue el sostén. La vida me alejó de tu guía, pero nunca dejaste de atender situaciones, dulcificabas mis tristezas y ya todo cambiaba. Mamá… junto a mis hijos y nietos, son el eje de mi vida, nunca quisiera que sufras, que llores, que  enfermes como lo estás,  pero Dios te observa, no te hizo una vida fácil, siempre sufriste y siempre tiraste de ella, sin que importe más, que dar tu amor, injusticias, dolores profundos, hasta peligrar  tu presencia en este mundo. Cada día que pasa es un desafío a tu cuerpo, vives por tus hijos, tu esposo y tu familia toda, pero sé que cada mañana, eliges que dolor convivirá contigo. Soy un hombre adulto pero soy tan chico a tu lado como el primer día que me tomas en tus brazos y me besas. Mamá TE AMO, y no quisiera que la ley de la vida cumpla con el veredicto cruel, porque ese día madre, ese día mi alma se irá contigo.
                                                      YoAmor

miércoles, 24 de septiembre de 2014



                                               ALEGRE DE TRISTEZA

Amanece, ciento movimiento del día, me doy cuenta que tengo una jornada más para enfrentar, mis ojos poco abiertos, mis pensamientos todos partidos, es cuando sin saber porque, me alegro por sentirme triste, emociones  chocadas, pero caben en mi estado en este momento, inmovilizo mi cuerpo en mi lecho, entrelazo mis brazos conteniendo mi cabeza sobre la almohada, analizo este  nuevo, paradójico sentimiento, quiero entender porque está en mí, que reflexión hace esta insensata existencia, una triste sonrisa se dibuja en mis labios, cuando llegan informaciones al unísono, narrando las secuencias de la rara locura a este día, me siento alegre por estar triste, porque es cuando mi corazón se recuesta en la nostalgia, cuando memorias remotas se tienden junto a mí, siento que no quiero enojarme en este tiempo, creo que no puedo gritar, solo hablar o sencillamente charlar con ternura y comprensión, querer tener en mis manos, soluciones a todo ser que esté a mi vista, profundizo más tristeza al encontrarme  solo en este lugar, mi tiempo del pasado golpea mi pecho, equivocado fui, por tanto mi pena paga el error, necesito mostrar mis culpas para no esconderme de la vergüenza, no volver producir dolor, desengaño, mentiras, enfrentar la vida con poco orgullo, donde la humildad inunde mi ser, pedir disculpas a todos que con vehemencia me exprese, evoco a mi madre, mi primer amor, mis hijos y por supuesto sus frutos, deliro amar por amar,  retozo entre mis sábanas sintiendo confuso momento, necesito llorar  para sentir mi
                                               Triste felicidad.

                                                     YoAmor       

lunes, 22 de septiembre de 2014



                                                CUAL FUE MI PRIMAVERA…

Estoy… estoy rendido a mi tiempo, sentado en un lugar cualquiera de mi mundo, contemplando la vida a mi alrededor, mis ojos perdidos en los vaivenes de la existencia misma, instintivamente, la palma de mi mano se recuesta en mi mejilla, dejando mi cabeza reposando los pensamientos, oh Dios… cuantos… se atropellan para querer llegar primero, pero todos tienen su tiempo, su lugar, su vivencia. La tarde de primavera canta su llegada, el colorido manifiesto, muestra la caricia de la vida en mi rostro, mi corazón con centelleos de sentimientos encontrados, todo es brisa, sol, bullicio lejano de seres viviendo el momento, este momento, mi momento, paralizo quejosas memorias, contemplo flores danzando por el canto de su cumpleaños, el perfume impregna mis neuronas, donde la mente pincelan paisajes de amores, el aura hace su música, los árboles bailan al compás de su danza, la naturaleza en plenitud retoza de un lugar a otro, como su propia libertad lo exige. Siento ruido a mi lado, casi sin darme cuenta lo ignoro, creyendo que es parte del instante que estoy palpando, pero un retoño con  bellos ojos grandes, celestes, pestañas largas y una carita angelical, yacía junto a mí, se inclina, me mira, una sonrisa dulce, pura y tierna , hace una pregunta… ¿estás solo?... una increíble figura de apenas cuatro añitos, colmó mis ojos, su cabellito rubio enrulado abanicando las expresiones, esperaba mi respuesta,  sonrió,  su cuerpecito movedizo tendió su manito sobre mi cabeza, recibió mi sorprendida sonrisa donde respondo un, sí… me quieres acompañar …! Sin repetirlo,  aceptó la invitación, su vocecita me arrolló con un, (¿y porque estás solo?... pequeña pregunta y que gran sentido… mi ser perplejo, al sentir que alguien con tan virgen pureza pudiera  sacudir mi estado… ¿quién era? ¿Porque aquí? Mi fortaleza debilita, mi vos casi cerrada y confusa, vuelve contestar, no… ¡solo no!, con mi soledad… ¡pero yo no la veo!!! Respondió, es que siempre está conmigo y nadie la ve. En ese momento se plasmó todas mis primaveras, de niñez, adolescencia, juventud, hombre y adulto, todo se fotografió en diferentes matices paisajes, de igual manera el interrogatorio apresurado con frescura y ansiedad, estaban en mis oídos, pero como un cumplimiento respondía casi de memoria ante la niñez. Todo era extraño, alguien me enfrentó en donde estaba… yo, sin saber que hacía ahí, comprobé que en verdad, ya no tenía primavera, serré mis ojos, una pequeña lágrima acompañaba mis párpados y un sensible revuelo me hizo saber, que mi pequeña compañía acudía al llamado de su juego. Su imagen la perdí en la distancia, traté de volver a encontrar, pero nada cerca existía, fue donde tal ser pequeño, no fue más que mi alma que nacía entre los recuerdos de mi vida. Nunca supuse que los sentimientos acumulados en mi alma, se desvanezcan o se alejen de mi corazón, para luego desesperadamente corra tras ellos, cuando toda una vida, busque mi lugar para amar.   
                                                  YoAmor