viernes, 19 de abril de 2024

 

Atardecer...

 


Estoy erguido y desolado, ante este día mutilado,

No sabiendo que hacer o donde volcar mis penas.

Siento mi alma solitaria y extraviada,

Mirando nada y todo, recuesto mis pensamientos.

Descansa la imaginación en la lejanía de un horizonte apacible,

Me relajo mansamente confesando sentimientos magros.

Mi mente recorre el pasado y mi corazón extraña lo amado.

Se entrecorta la mirada entre árboles remolones,

Danzando suavemente por los mimos de una tenue brisa.

Los pájaros cantan sus sentimientos,

Trayéndome a mí aquellos momentos.

El crepúsculo acariciando el final,

Dejándome solo y abandonado.

Grito mi silencio y nadie lo escucha,

Canto mi tristeza aburriendo la audiencia.

Lentos y perezosos corretean mis sueños

Recostados en vagas esperanzas.

Sintiéndome dueño de amantes nostalgias.

Juegan mis fantasías en aquella lejanía,

Revolcando angustias en una bruma de suave llovizna.

El día termina, dando vueltas en mi destino evoco lo vivido.

Eludo el presente y alejo el futuro,

Cuando acongojo a este atardecer injusto.

Deseo ser libre en la penumbra de esta tarde envejecida,

Y sentir en mi rostro caricias de un creciente día.

Los deseos y vergüenzas se abrazan sin razonar,

Cuando el delirio de mi imaginación cae rendido

En este atormentado atardecer pasional.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

DESENCANTO


 

No he buscado el amor,

primero busqué ese alguien donde me podía encontrar y después me amara.

Las experiencias en mi vida me enseñaron a crecer, pero también a sufrir.

Sin embargo, me bastó solo unos instantes, en darme cuenta,

cuanto tiempo he amado para nada.

 

En la vida todo puede suceder y nada está dicho.

Esa mujer díó muchas vueltas y cuando creí que todo estaba perdido,

es cuando encontré lo que pensé terminado.

Germinó mi alma, floreció mi corazón, y mi mente fue regada de querer.

 

Me llamaba. - Mi amor - me decía. - Te quiero -

Le sonreía y solo respondía - como yo mi cielo -

Cuanto la extrañaba cuando necesitaba estar bien...

 le regalé algo muy barato y simple, un beso y un té adoro.

 

Acompañé su caminar, mis manos en su cintura,

sentí que era toda mía, la solté por un instante y se fue de mi lado.

Destinos distintos, pensamientos desiguales, formas de vida discordantes

marcaron las distancias, modelaron actitudes y estrujaron el dolor experimentado.

 

Necesito entender los actos de la vida en mi propia obra teatral,

porque el destino, escribió este cruel guion para mi desdicha.

Mi alma y mi corazón no tienen nada... todo es una pantalla,

y siguen en su soledad con el remanso de mi nostalgia.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

miércoles, 3 de abril de 2024

 

                                        DESPEDIDA

 


Me despido… Es la sensación de partir, porque siempre parto.

Es el momento que me retiro, me alejo, me evaporo en el presente,

con una mirada, una sonrisa, un gesto serio o una expresión desencajada.

Con un apretón de mano, un beso, un abrazo o una postura adversa. 

Cuando mi figura se pierde al cerrar la puerta,

al salir del lugar, al doblar la esquina,

o en la distancia, como un punto que se esfuma en el horizonte.

Mi despedida, es el final donde y con quien me hallo,  

o desaparecer del lugar que me encuentro.

Abandono el momento actual, es la historia de mi vida,

son recuerdos de nostalgias, de sentimientos repartidos,

maltrechos de alegrías y tristezas, que hacen mi existencia.

Me despido de uno o de todos, quedando satisfacciones,

o desconsuelos por lo que he transitado, o manifestado, pero me voy.

Ya no quiero estar, ya no me interesa existir en mi actualidad.

Solo quiero despedirme del pasado, un nuevo mundo es lo que veo.

Por eso quiero que este momento, sea la despedida de mi realidad.

 

  

                       Orlando Mario Soverchia- YoAmor  

 

DESTINO

 


En un primer momento me acerque a ti

para conocer una nueva mujer.

Tu imagen me atrajo, quise explorar lo que esos ojos color miel

 transparentes podrían mostrar,

y sentí que me llamaban para decirme que algo tenían para mí.

Tu belleza llegaba a mi mente y mi conciencia,

necesitaba de ella para serenar mi incertidumbre.

Entre a tu mundo sin pedir permiso,

sin dejarte a elegir, comencé a dirigir tus emociones

y con celos, a seleccionarlos.

me sentía con derecho de tu alma,

de tus sentimientos, de tu destino, porque así lo puedo ver

y me gusta cuidar de ellos.

Estoy destinando mi tiempo,

acreditando lo que siente el corazón,

                                     consumiendo mis horas de vida,

 sembrando la semilla de mis sentimientos.

Estoy transitando este túnel

y llegar a la pasión de lo que tú me darás. 

Porque ya he destinado mi vida a morir a tu lado,

sin importar cuanto tú me vas amar.

 

 

Orlando Mario Soverchia - YoAmor

lunes, 1 de abril de 2024

 

AMOR POR DESPRECIO



                                          Estoy acostado, estoy mirando hacia el techo de mi mundo

Quedan mis brazos atrás de mi cabeza.

Deseo pensarte, necesito acordarme de vos.

Mutilo los recuerdos de tanto dolor,

 y sin embargo te tengo en mi mente.

Quiero tu imagen desnuda de toda sensación.

Frustrada por tu ignorancia.

Extraño tus manos que me acariciaron el alma,

con tus palabras perversas de sentimientos falsos.

Añoro tus gestos fríos cuando te dirigías a mí.

Tengo en mi vida pasada, el amor que yo sentía  

y el desprecio que tú me dabas.

 

Orlando Mario Soverchia-Yo amor     

miércoles, 27 de marzo de 2024

 

Abrázame ahora, hazme sentir tu cuerpo en este instante, porque necesito tu calor, y el refugio de tu ternura. Te necesito.
Te representaría cánticos, te recitaría poemas, te escribiría cartas de amor, pero prefiero decirte dos palabras: te quiero.
Un fuego de amor que paraliza mis sentidos, que me impide más que amarte, un fuego de sentirte, que me hace pertenecerte
Sentir tus labios en medio de la soledad, de tu soledad tan dichosa, de tu mirada enamorada, de tus caricias llenas de ternura, de tu mundo inmóvil por amor, de tu ternura generosa, de tu dulce despertar... Pero ámame.



martes, 26 de marzo de 2024

                                                       CERRANDO LOS OJOS


 

Cerraste los ojos por no ver tu pasado,

por no querer mirar aquel que dijo hacerte el amor,

y solo saciaba instintos , golpeando tu existencia.

Cerraste los ojos cuando llegó ese hombre clandestino,

pensando que era él, para tu destino.

Mendigaste un amor y mucho cariño,

prestando tu cuerpo y calmar sus deseos prohibidos.

 Como aquel que se acercó a ti con promesas de compañero fiel,

 de sentimientos puros y sinceros,

y solo fuiste una más de todas sus mentiras.

Por eso cuando tienes a alguien junto a tu cuerpo,

y reclama pasión a tu alma con placeres contenidos.

Y cierras tus ojos para no ver, como la vida te exige, lo que tú no sientes.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 25 de marzo de 2024

AGONÍA



El frío abraza mi alma, el cuerpo se abriga de pesares,

el corazón se acobija de sentimientos

y los sentidos calientan mi razón,

 instantes que aparecen como una eternidad.

Los recuerdos y las nostalgias de un amor,

se presentan inmóviles, quietos ante mí,

sin figura ni contorno, solo la tenue imagen de lo que fue

y el tallado profundo de lo que quiero olvidar.

Son las cuatro estaciones de mi vida,

y los colores del dolor y las alegrías.

Mi tormento no es el pasado ni el presente,

mi agonía, es por lo que sentiré en el futuro,

sin tu amor y sin tu presencia.

 

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

lunes, 18 de marzo de 2024

 








Eres piel de mujer, eres imagen desnuda para mis ojos, eres pasión para mi cuerpo, eres deseos para la lujuria de mis sentidos.

Pero también eres el dolor de no poderse cumplir.
Orlando Mario Soverchia - YoAmor D/R
derecos reservados

                                                     LA TARDE DE ESTA TARDE


 

Que la tarde de esta tarde, sea el fin de mis angustias.
Es el fin de un amor, sin saber cuándo y si
lo volveré a tener.
Siempre mi corazón, está con el sentimiento.
de amar.
No lo quiero perder ni lo quiero olvidar,

pero los tiempos y las pausas de palabras bellas,

  se marchitan, cuando cuentan y cantan el dolor del alma,

que arremeten sin piedad.

Orlando Mario Soverchia - YoAmor

 





Ser tuyo es mi deseo, así que me haré viento para que me sientas.

Me haré noche para que me sueñes,

y me haré tu poema para que me leas.

Así, me tendrás y te tendré en todo momento.

Me he dado cuenta que tengo este amor que está en mi corazón,

pero no puede estar en mi vida.

Sabes… tengo ganas de besarte, saborearte,

morderte muy suavecito, porque de tu boca

una mordida tentadora, es perderme localmente

en un beso con el sabor de tus labios.

Y te besé en mis sueños, te abracé en la distancia,

Y te pienso a diario, pero te amo en silencio.



Orlando Mario Soverchia - YoAmor D/R

derechos reservados

 

jueves, 7 de marzo de 2024

 

UN INSTANTE

 


Te tuve entre mis brazos, tu piel erizada,

 provocada por mis caricias.

Me besabas, te besaba, te miré, me sonreí,

te dije muy despacio, no me ames tengo miedo.

Tus ojos brillantes, me miraron muy fijamente,

y sensualmente me dijiste, déjame que solo yo te ame.

Tu respirar en mis oídos me hacía sentir culpable

de lo que tu sentías, y lo que yo no quería,

pero te deseaba en ese instante.

 Mis manos seguían en tu cuerpo,

tus labios acariciaban los míos sin detenerse,

 solo un decir - Por favor no quiero que me ames,

 porque yo no puedo volver amar,

no deseo volver sentir dolor por tanto querer. -

Perverso soy por lo que pido, y cruel con mi amor ansiado,

ya nada tiene sentido cuando mis pensamientos no son a tu ser.

Te quiero a mi lado, pero no en mi vida,

solo necesito estar sin nadie en mi camino,

porque mi único y verdadero amor,

solo durará un instante.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

 

ALUCINAR



Nunca imaginé que mi pasión por ti llegaría al extremo.

Al extremo donde duele mis manos de apretarlas por no verte,

por no saber dónde estás y tal vez con quien ahora tiene tus besos.

Enojarme con el momento de pensarte o recordarte.

No me permito imaginar que tus labios reposan sobre otra boca.

Tu cintura es abrazada con otros brazos y tu mirada hacia sus ojos.

No quiero sentir tu voz en mis oídos diciéndole te quiero.

Niego toda imagen de amor, en suponer tu cuerpo desnudo,

y ese hombre a tu lado, haciéndote suyo.

Duele mi ser y lastimoso mi corazón, se queja por lo que siente.

Mis lágrimas acompañan este estado sin sentido,

por creer todavía en este sentimiento que siento por ti,

y alucinar que tu amor por mí, lo tienes como el primer día.

 

Orlando Mario Soverchia- YoAmor

 

                                        VIVIENDO LA MUERTE

 

El día se va recostando en una tarde cruel y despiadada, aquel viejo de casi nueve décadas, se encuentra ante la posibilidad de su última jugada con la vida. Su cuerpo, pequeño y enflaquecido por la enfermedad y la vejez, lo exponen sin vergüenza ante la mirada de algunos cercanos a él. Su mirada cada vez más fija, con ojos muy abiertos por no poder identificar la figura de quienes están a su lado, balbucea lo que quiere decir, y grita el dolor de sus huesos.

La muerte está viviendo con él, le pide su alma, pero él desiste todavía; ella lo ataca con soberbia y desparpajo, e ironiza su estadía sin importarle que lo humilla. Lo abraza con delicadeza y muy suavemente le va cambiando el rostro, su nariz se va agrandando, la mandíbula se profundiza con la piel pegada a sus huesos, su boca se va marchitando y la comisura de sus labios, quedan marcadas alrededor de su mueca de sorprendido. No entiende que le está pasando, o sí. Por momentos cierra los ojos y la foto de alguien que descansa, se plasma en una macabra imagen de que ha perdido la partida. Se quiere ir, se quiere alejar de la realidad, no puede o no sabe, pero sí desea, no estar más, viviendo la muerte.

 

                                    Orlando Mario Soverchia- YoAmor              

lunes, 26 de junio de 2023

 

                                                                        TE VI

                                            


Repasando… Te vi, te miré, me detuve a mirar, no te conocía, me gusto observar, te volví a mirar, me interesó saber de vos, te busqué en tantos lugares…y te encontré. Te miré más de cerca, intenté comunicarme, lo logré, te seguí mirando, te dije palabras bonitas para mi gusto, te pregunté si te gustaban, me respondías que sí, más me ilusionaba en hablar, susurrando sentimientos de amor, una y mil veces… ¡AHH!... Te volví a mirar, te volví a buscar, te encontré, volví hablar, ya eras parte de mí y el pensar que tenía que dejar de mirar o de hablar, ya te extrañaba. Escuchaba tus expresiones, sentí que te acercabas en situaciones con palabras con propuestas jugadas. En tantos lugares te imaginaba, sin embargo… te vi, te miré, me detuve, te busqué, te encontré, te pregunté, ¿estás a mi lado? Respondiste… no quiero nada engorroso, te volví a mirar, te volví a preguntar. - ¿tienes miedo?... respondiste. - No lo sé, es complicado, te miré, te busqué, te hablé, te pregunté, y manifestaste… No señor no quiero seguir a su lado. Te miré, te pregunté, ¿porque?, tu silencio me decía que no lo sabías o no querías. Todo se había perdido, de igual manera, te seguí mirando, te seguí buscando, te seguí extrañando. ¿Dónde estás ahora? ¿Por quién piensas?... ¿Piensas en mí?... ¿No tienes en quién pensar? Entonces, ponte a pensar en mí, hazme lugar, por lo menos estoy a tu lado.    

 

                      Orlando Mario Soverchia- YoAmor

sábado, 24 de junio de 2023

                                              REPROCHES



Cada noche de confesión, ante la oscuridad y el silencio,
mis errores de juventud, de adulto, de hombre, vienen a mí.
Nada fue por casualidad, sin pensar lo construí,
sin conciencia, sin sentido, con egoísmo,
con soberbia, con crueldad casi estúpida.
Desmonté ilusiones de aquellos que supieron amarme sin condición,
taladré sus sentidos, despojé sus pasiones, desmenucé sus corazones.
Ahora en mi tiempo, en mi razón, en mis recuerdos que ya no están,
solo cobijo fugases parpadeos, de aquello que hicieron mi realidad.
Me miro al espejo, me señalo con aspereza, me insulto entre mutismo,
buscando en aquello que ya nada puedo remediar.
¿Qué necesita mi conciencia?…Que pretende mi culpa…
Si cada instante de mis noches, me abrazo a mi despiadada soledad.
La tormenta de aquel pasado, me apedrea sin piedad,
Y el dolor incontrolable, inunda mis ojos con lágrimas, hasta mi despertar.
Orlando Mario Soverchia- YoAmor D/R
derechos reservados

 

SALIR DE LA SELVA... Y PENSAR



Una tarde casi indescriptible por la bruma que rondaba  el día, fastidioso de donde me encontraba, escapé del tormento de ese día. Sin prestar atención, la mirada llegó sin una visión fija, solo árboles, un llano con pastos y siembras, me bajé de ese viaje para respirar lo que parecía que faltaba y por supuesto, nada, solo el malestar se distendía en hacer lo que no quería. Busqué un árbol, desparramé mi espalda en su tallo rústico y grueso, lo suficiente para que mi cuerpo se encuentre relajado, solté mis brazos a mi costado, donde todo se rendía, fijando mi vista hacia la copa de ese árbol, cuando entre sus hojas se cruzaban los rayos y el resplandor salpicado del sol, el silencio se tendió a mi lado, me dejó pensar, mirar lo que no veía. Los pájaros me contaban de su vuelo y de su andar entre las hojas y el suelo,   llegarían, a su comida del momento. Seguí mirando hacia un lado y al otro y el silencio me empezó hablar, diciéndome que me acuerde de mi vida, y lo escuche. Comencé con mi niñez desde que me acordaba, entremezclada la sentí feliz, algunos inconvenientes y discusiones de mis padres también llegaron a mis oídos, porque el silencio dictaba la que olvidaba y nada dejaba de lado en mi lectura. Seguí adelante, ya tenía libertades de amigos, de juegos, de travesuras y divertimentos. Seguía mirando ese paisaje como si fuera un cuadro de pintura, al dejar mis ojos fijos y casi sin pestañar lo suficiente, en cada instante, veía pasar por un túnel al pasado y encontrar mis cosas desteñidas y otras, con los colores naturales de la misma vida. Pasé por la pubertad con las prohibiciones y las picardías que en esos tiempos era un agravio, la adolescencia, empezaba hacer pestañar mis ojos  acercándome a la luz de ese túnel tan imaginario pero real, para llegar  a la débil realidad en donde y como estaba viviendo. No quise dejar al silencio solo y lo seguí acompañando, moviéndome de costado, tomé una pequeña rama y sin darme cuenta comencé a escribir nombres, frases, palabras, realizando un grafiti tan  inmenso para mí alma y tan insignificante para ese lugar. Por un instante quise traer todo y entregárselo al silencio para que todo se borre o todo se quede dentro de mí… Pero  la nobleza de la naturaleza, me sacó de la selva, me dejó pensar y hablar con mi propia vida hasta mis días, y de un salto, desperté de un sueño hermoso y de un abrazo despiadado, para darme cuenta que todo lo que había pasado fue un sueño de día, que mi tiempo pasa y no pasa para que pase, nada quiero y quiero todo, me alcanza la madurez en pensamientos, reflexiones, comparaciones con los tiempos que deberé enfrentar, darme cuenta que cada segundo de un suspiro, se aleja mi vida, para que vaya recibiendo la tranquilidad, la torpeza y la incomprensión de la juventud, hasta darme cuenta, que falta poco en esta larga y corta vida que me queda. Por eso, como una vez lo pedí a una persona.-No me dejes solo… Ahora se lo pido a Dios, NO ME DEJES SOLO Y PENSANDO.  

                  Orlando Mario Soverchia- YoAmor